Fray Juan de Santo Tomás, la madre Ágreda y los visionarios de Aragón
utilización de las profecías a mediados del siglo XVII
Resumen
El decenio de 1640 fue una etapa en la cual surgieron falsos visionarios que afirmaban tener contacto con Dios y ser los transmisores de sus mensajes a reyes y príncipes. En este contexto, se encuadran los mensajes que sor María de Ágreda transmitió a Felipe IV. Le recordó que Dios estaba castigando a su Monarquía por haber llevado una política hostil hacia el Papado. En esta pretensión, recibió la ayuda de varios profetas que compartieron sus planteamientos ideológicos. La monja y estos visionarios, a los que se añade el confesor del rey, fray Juan de Santo Tomás, constituyeron la voz de un grupo de poder que instrumentalizó sus revelaciones para instar al rey planeta a reorientar la política de la Monarquía católica de acuerdo con los intereses del Papado.