El desarrollo de la pintura mural conventual de la Orden de San Francisco en el Altiplano Central de México (siglo XVI)
DOI:
https://doi.org/10.53439/revitin.2022.2.02Palabras clave:
Indocristiano, pintura mural, Nueva España, franciscanosResumen
La pintura mural es una fuente invaluable para conocer los cambios y continuidades que vivieron las sociedades durante el siglo XVI. Los franciscanos desarrollaron tres estilos en dicha centuria: primero la pintura en grisalla, después la decoración con tonalidades rojizas y, por último, la imagen policroma, la cual tuvo una amplia difusión. Cada uno de estos estilos refleja una postura particular de la orden: la pintura en grisalla está vinculada a los preceptos de observancia de los primeros frailes y la preocupación por integrar elementos indígenas para facilitar la apropiación del cristianismo; los murales con tonalidades rojizas se relacionan con un grupo de frailes que estaba en desencanto con la evangelización y desarrolló un programa más ornamental, sin elementos nativos, y la policromía retomó muchos de los principios de la primera etapa, pero con mayor esplendor. En este último estilo la participación indígena es evidente y al mezclarse las figuras locales con temáticas cristianas se crearon imágenes únicas en el mundo.