Editorial

¡Gracias!

Con este número concluimos la celebración de los 25 años de vida de nuestra revista Studium. Filosofía y Teología (1998-2023). Lo hemos hecho realizando de modo más intensivo nuestra vocación: promover el studium como virtud sapiencial, especialmente, en la investigación y la difusión de los esfuerzos de los colaboradores en la búsqueda común de la verdad, así como en el ofrecimiento de esos esfuerzos a nuestros lectores de hoy y de mañana.

Ésta ha sido una oportunidad para acrecentar en nosotros las dos dimensiones de la actitud espiritual distintiva de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios, por y para el Logos divino encarnado: la re- flexión meditativa y la apertura al misterio que se resuelven en la contemplación como un dejar ser a la realidad y, en este sentido, como una actitud de espera activa del advenimiento de la Verdad. Y lo hacemos en una época donde la actividad académica está amenazada, quizás más que nunca en la historia, por la tecnificación de los procesos, los cánones de la ciencia empírico-formal, los índices, el rendimiento; en síntesis, por todos los me- dios que, cuando se convierten en fines, causan la huida del pensamiento y una despersonalización que resulta en la ausencia de Dios en el mundo. El studium se presenta como una virtud que reacciona contra esa tecnificación y la supera.

El providencial nombre de nuestra revista marca ya su esencia. En el sentido original apela a la escuela medieval, a la virtud de la estudiosidad y ésta, a la skholè griega: el ocio; el lugar desde donde es posible la admiración, la pregunta y la reflexión sobre el ser y sobre su causa primera: Dios. Sostener la reflexión meditativa es el primer desafío de nuestra revista, el primer motivo de gratitud en estos 25 años y la primera súplica que realizar para lo que ha de venir.

Pero la actitud reflexiva, que, como tal, es una vivencia subjetiva, está orientada hacia una esencia objetiva o, mejor, a la totalidad de la esencia en su conjunto y en sus principios, el ser creado y elevado al orden sobrenatural por Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. He aquí la apertura al misterio, sin límites ni trabas. Con la libertad del espíritu humano sanado y elevado por la acción del Espíritu Divino, la filosofía y la teología; la fe y la razón, se convierten en las “dos alas” que nos permiten ascender a Dios. Como enseña san Agustín y nos recuerda san Juan Pablo II en la célebre encíclica Fides et Ratio, son las expresiones del saber humano que hacen que el misterio de lo real se haga presente en nuestro mundo, superando, por asunción y elevación, nuestro empeño de dominar, medir y utilizar el ser, transformándolo en objeto de conocimiento técnico primero y, luego, en cosa, utilizable y a la mano.

Esta es, pues, la segunda acción de gracias y súplica de este año: perseverar en cooperar con todos aquellos que acuden a la revista –colabora- dores de artículos y reseñas, miembros del comité científico y editorial, a quienes agradezco muy particularmente, miembros ejecutivos (corrección, diagramación, publicación, distribución, coordinación y dirección) y a toda la comunidad y familia de la Orden– en mantener y acrecentar la apertura al misterio que es Dios y que ha comunicado analógicamente a toda realidad creada y, por ello mismo, propuesta a nuestra mente y corazón como tema de pensamiento y de amor, a través de un consciente esfuerzo de personalización y de diálogo, de comunión y participación, de sinergia, como nos lo piden el papa Francisco y el Maestro de la Orden.

Los días 19 y 20 de abril se realizó el Coloquio Conmemorativo 25 años de Studium: Filosofía y Teología en diálogo. Acogidos amablemente en las instalaciones del CEOP pudimos disfrutar de la presencia de destacados profesores y un gran número de alumnos. En este número se recogen algunas de esas aportaciones. Además, tuvimos la alentadora visita del rector de la UNSTA, Mg. Con. Francisco López Cruz y la presencia y palabras del Provincial de Orden, fr. Juan José Baldini quien nos desafió a: “trabajar para que la revista sea cada día más nuestra y que podamos, con libertad y con- fianza, aportar a ella, incluso ya desde la formación inicial. Qué importante es que nuestros estudiantes conozcan la revista como propia y aporten, primero con reseñas y luego, en los últimos años y en la formación adicional o complementaria, someter sus investigaciones a la comunidad científica”. Esta pertenencia institucional implica un renovado diálogo al interior de nuestra comunidad religiosa y académica. Ella misma, nos señaló el Provincial implica un segundo desafío que “se dirige a ampliar ese diálogo con el resto de la comunidad científica [...]. La personalización de los vínculos con otras instituciones científicas y la revitalización de los vínculos entre pares,

docentes-investigadores y alumnos, muestra un desafío mayor en el ámbito específico de las revistas científicas frente a la tecnificación y virtualidad de su gestión y acceso. Encuentros, eventos e instancias presenciales y, ahora también, virtuales, muestran modos muy concretos de crecer en este camino de personalización y encuentro”.

Esta ha sido una oportunidad para agradecer a Dios, a Nuestra Señora del Rosario, patrona de la revista y a todos quienes, de distinto modo, han contribuido a la realización de este esfuerzo espiritual de la Provincia Argentina de San Agustín de la Orden de Predicadores a través de su Centro de Estudios institucionales (CEOP, Buenos Aires) y de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA, Tucumán). Que este jubileo renueve nuestro entusiasmo en el diálogo y en la búsqueda de la verdad, de modo que la revista continúe con su labor en el servicio que la Orden de Predica- dores presta a la humanidad: la contemplación y predicación del Evangelio de Cristo ofrecido como culto racional.

Julio Söchting Herrera O.P.

Director Revista Studium. Filosofía y Teología

Universidad del Norte Santo Tomás

de Aquino, Tucumán, Argentina

jsochting@unsta.edu.ar

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