Itinerantes. Revista de Historia y Religión 18 (ene-jun 2023) 116-118

On line ISSN 2525-2178


Reseña: Facundo Cersósimo,“Videla fue un liberal”. Los tradicionalistas católicos en tiempos de dictadura (1976-1983). Los Polvorines-La Plata-Posada: UNLP-UNGS-UNM, 362 p.


“Videla fue un liberal”. Los tradicionalistas católicos en tiempos de dictadura (1976-1983), es la versión en libro de la tesis doctoral en Historia para la Universidad de Buenos Aires de Facundo Cersósimo, publicado en la colección interuniversitaria “Entre los libros de la buena memoria”, especializada en temáticas de historia reciente. El texto se centra en el estudio de las intervenciones de un conjunto amplio y heterogéneo de fieles que, unidos por una perspectiva tradicionalista del catolicismo, presentaron una activa intervención ideológica y política en el período considerado. La investigación presenta un abordaje sobre sus intervenciones, atenta a sus cercanías, pero mayormente a sus disidencias, con la última dictadura argentina, el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”. Por las propias características de ese universo, multiforme y desigual, el autor aborda tanto a sectores del laicado (organizaciones civiles, intelectuales, proyectos culturales) como a actores de la Iglesia (instituciones, sacerdotes). Desde ese enfoque, Cersósimo aborda de modo sugerente dos ejes que convergen: por un lado, su revisión de las categorías con las cuales han sido previamente abordados estos actores (como “integristas” o “autoritarios”), por el otro, su puesta en diálogo con el afuera del mundo confesional, en un juego entre la categoría de “tradicionalismo” y la de “derechas”. Ese punto de partida es un sólido enfoque en tanto permite una colocación de las expresiones escogidas con un pie dentro y otro fuera del mundo confesional, dotando el análisis de una entidad que lo potencia ante trabajos previos.

Para ello, el libro presenta una exhaustiva revisión crítica de trabajos académicos, periodísticos y políticos, en base al uso que los propios actores hacían de la noción de tradicionalismo como modo de autoidentificación y diferenciación con otros católicos, pero que podía convivir con la asunción de denominaciones como “nacionalistas católicos” y que Cersósimo pone en relación con la de “católicos intransigentes”. La operación del autor es un paso analítico necesario para el desbroce de lo que, en base al variopinto espacio que investiga (pese a que desde “afuera” pueda parecer uniforme), debe dialogar críticamente con una bibliografía sumamente irregular, donde por momentos esas referencias (especialmente en las obras periodísticas o militantes) desconocen o achatan las problemáticas teológico-políticas que Cersósimo escoge (adecuadamente) colocar en el centro de su mirada.

Tras un primer capítulo que se enfoca en un recorrido por el período signado entre los golpes de Estado de 1955 y 1976, el autor se centra en el contexto abierto por el “Proceso” en sus primeros años. En el primer paso, lo hace desplegando un complejo mapa de autores, experiencias y relaciones donde se asientan las intervenciones de las diferentes expresiones tradicionalistas ante las alternativas de la política nacional marcada por el derrocamiento del peronismo y la alternancia entre gobiernos dictatoriales y democráticos de legitimidad restringida. A partir del segundo, el autor aborda el momento abierto el 24 de marzo de 1976, recorriéndolo hasta 1978 (el fin del primer período presidencial procesista). El diálogo entre esos dos capítulos expone, en el primer caso, el surgimiento, la articulación y/o la consolidación de actores disímiles: la creación del Vicariato Castrense, las políticas del grupo Ciudad Católica, las publicaciones como el periódico La Nueva Provincia y la revista Cabildo, los roles de los tradicionalistas católicos en la “Revolución Libertadora” y la “Revolución Argentina”, las relaciones internacionales y las transformaciones ideológicas; en el segundo y por la vía del previo despliegue de ideas radicalizadas sobre la violencia y la guerra justa, la paulatina centralización de una concepción de enemistad interna y contraria a “los herejes” (internos y externos a la fe). Sobre esa línea, Cersósimo indaga sobre momentos puntuales de la etapa y políticas procesistas, mostrando las diferentes posiciones del universo tradicionalista y sus complejidades, muchas veces aplanadas en trabajos previos.

En el capítulo 3, el autor aborda el período 1979-1981, cuando entre los tradicionalistas se expone, al mismo tiempo, la decepción con la realidad procesista y la necesidad de sostener a la dictadura ante lo que presentaban como amenazas de todo tipo. Al igual que en el previo, este capítulo recorre una diversidad de hechos y políticas para mostrar las relaciones entre las cosmovisiones del espacio y las polémicas que surcaron sus diferentes lecturas sobre el andar de la dictadura. Si en el anterior Cersósimo se enfocaba en ejes como el documento “Subversión en el ámbito educativo” o la visita de Marcel Lefebvre (que subrayan convergencias y divergencias con las cúpulas gubernamentales y eclesiásticas), este lo hace sobre la creación de la asignatura “Formación Moral y Cívica” o el “caso Timerman” (que permiten reposicionar las miradas sobre las políticas cívico-pedagógicas y el antisemitismo, respectivamente, en estos sectores).

En ambos casos tratados, lo que queda en primer plano es cómo las diferentes entonaciones de la perspectiva tradicionalista, e incluso sus duras pugnas, son recorridas por las distancias que median entre el ideario y la realidad política, que para la etapa que cubre el capítulo es vista como un fracaso del proyecto procesista, que abría las puertas a una nueva “subversión” con el ropaje de los Derechos Humanos y al retorno a la “partidocracia”. El tono que alternaba diagnósticos extremos con decepción marcaba aquel capítulo, se hace, así, terminal en el capítulo 4, donde si bien la exaltación puede volver ante la guerra de Malvinas, la narrativa constante es la del retorno de la democracia en tanto “partidocracia”, vivido como una derrota. En ese recorrido, las diferencias al interior del espacio tradicionalista le permiten al autor trabajar con sutileza las diversas posiciones de los actores considerados, y sus distintas formas de intervenir ante un panorama que los excedía: es en ese gesto que el texto acompaña el gesto cuasi final de estos actores, cuyo universo se encogerá paulatinamente tras la reconstrucción democrática.

En las conclusiones del trabajo, Cersósimo reconstruye el recorrido previo buscando destacar una serie de líneas interpretativas donde vuelve a un diálogo con la bibliografía previa, buscando subrayar los puntos centrales del recorrido investigativo del libro. Allí, enfatiza que la principal diferencia fue entre laicos y ordenados, subrayando especialmente las desigualdades al interior de los primeros; propone que, más allá de la escasa inserción de estos actores en el Estado, jugaron un rol importante en la justificación del terrorismo de Estado, tanto desde una perspectiva teológica inserta en los pliegues represivos como desde la palabra pública de intelectuales y voces periodísticas; balancea el peso de este ideario en la etapa procesista, colocando la desencantada sentencia que da título a su libro como una conclusión capaz de resumir el complejo recorrido de los tradicionalistas ante la última dictadura argentina.

“Videla fue un liberal” es un trabajo sumamente meritorio por su discusión con la bibliografía que lo antecede (que, a diferencia de parte de la producción académica, entiende la necesidad de atender críticamente expresiones periodísticas y políticas), la densidad con la cual aborda la relación entre religión y política, la detallada atención que coloca sobre sus actores y los contextos en que los trabaja. Es, por ello mismo, un texto que realiza un aporte de singular entidad sobre los estudios enfocados en el universo católico, en el mundo de las derechas y sobre el período de la última dictadura.



Martín Vicente

CONICET

Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires

Universidad Nacional de Mar del Plata

vicentemartin28@gmail.com