Itinerantes. Revista de Historia y Religión 15 (jul-dic 2021) 252-255

On line ISSN 2525-2178


Reseña Bibliográfica: Ramón Solans, F. J. (2020). Más allá de los Andes. Los orígenes ultramontanos de una Iglesia Latinoamericana (1851-1910). Bilbao: Editorial Universidad del País Vasco. 306 pp.


El libro aquí reseñado pertenece a Francisco Javier Ramón Solans, doctor en Historia por la Universidad de Zaragoza y doctor en Estudios Hispánicos por la Universidad de París. Ramón Solans, es autor de diversas monografías, obras colectivas y artículos sobre las relaciones entre religión, nación y política en el mundo contemporáneo. El libro en cuestión es el resultado de cuatro años de investigación en el marco del proyecto “El ultramontanismo como un fenómeno transnacional y transatlántico, 1819-1918” dirigido por el profesor Olaf Blaschke en el Clúster de excelencia “Religion und Politik” de la WWU Munster.

El libro comienza con un apartado de introducción. Para Ramón Solans, este trabajo nace a partir de una serie de preguntas que pueden ser resumidas de la siguiente manera: ¿Desde cuándo y por qué se habla de la existencia de una Iglesia Latinoamericana? ¿Qué es lo que une a países e iglesias tan distintas como las de México, Perú, Chile y Argentina bajo la idea de América Latina? Estos problemas marcan el rumbo de la investigación, la cual tiene como objeto de estudio los orígenes y los procesos de configuración de esta unidad conocida como Iglesia Latinoamericana.

Como hipótesis de partida, se plantea que la creciente internacionalización de las Iglesias latinoamericanas durante el siglo XIX corrió en paralelo al desarrollo y consolidación del ultramontanismo en la región. El trabajo se centra principalmente en el análisis de la iniciativa del clero chileno, pero también se desarrolla a partir de la consulta de otras fuentes primarias argentinas y uruguayas. El fenómeno del ultramontanismo fue abordado desde perspectivas nacionalistas y regionales que limitaron los resultados de las investigaciones. Por este motivo, el autor opta por un enfoque global y transnacional para explicar la formación de la Iglesia latinoamericana. Para Ramón Solans, el proceso de romanización que experimentaron las Iglesias americanas durante la segunda mitad del siglo XIX es fundamental para comprender la gestación de este proyecto católico trasnacional destinado a dotar de una unidad al vasto espacio continental.

En el capítulo uno, se estudia el giro ultramontano que experimentó la Iglesia católica europea y americana durante la primera mitad del siglo XIX. Para el autor, el ciclo revolucionario de 1848 contribuyó a la creación de nuevas redes transnacionales que conectaron la Santa Sede con los católicos de todo el mundo. A través de estos contactos, los fieles fueron tomando conciencia de la globalidad de la Iglesia y su conexión con otros centros importantes como París, Madrid, Lovaina y Oxford, configurando iniciativas para defender al papado ante el avance del liberalismo. En Latinoamérica, tres elementos desempeñaron un papel clave en la difusión del ultramontanismo: las primeras representaciones diplomáticas papales, la nueva generación episcopal post revolucionaria y los actores transnacionales.

En el capítulo dos, se realiza un estudio biográfico del eclesiástico chileno José Ignacio Víctor Eyzaguirre. El autor revisa la idea comúnmente aceptada que consideraba a Eyzaguirre como el mentor del Colegio Pío Latino de Roma y explica que en realidad la propuesta surgió de Pio IX, impulsado por los informes que llegaban desde América. El autor estudia también los itinerarios del viaje de Eyzaguirre por América para reclutar apoyos y organizar la fundación del Colegio, lo cual lo convirtió en el centro de una red católica transatlántica entre Roma y Latinoamérica.

En el capítulo tres, el autor estudia el proceso de fundación del Colegio Romano y los primeros años del desarrollo de esta institución. Ramón Solans sostiene que durante esta primera fase de organización, la diplomacia pontificia y los medios de comunicación modernos, como los periódicos, desempeñaron un rol importante para el reclutamiento de alumnos. La fundación del Colegio contribuyó a profundizar los contactos entre los eclesiásticos latinoamericanos y promover la movilización a favor de la causa del papa.

En el capítulo cuatro, se estudia los orígenes católicos de la idea de Latinoamérica. El autor considera que, las obras intelectuales de Eyzaguirre y Félix Frías, así como los esfuerzos del arzobispo de Santiago de Chile, Rafael Valentín Valdivieso, para organizar un concilio americano son fundamentales en el proceso de formación de una identidad latinoamericana. Si bien el proyecto de Valdivieso no logró concretarse, los contactos establecidos durante este periodo sirvieron para construir la unidad del episcopado americano y organizar el primer Concilio Plenario Latinoamericano de 1899.

En el capítulo cinco se estudia el fenómeno de las movilizaciones católicas latinoamericanas a favor del papa durante la segunda mitad del siglo XIX. Según el autor, la conquista de Roma en 1870 fue ampliamente compensada por la creación de una solidaridad transnacional con el papado. En este capitulo el autor retoma los trabajos de Vicent Viaene y Peter D’Agostino para explorar la dimensión trasnacional de las movilizaciones a favor del papado.

En el capítulo seis, se investiga el incremento de los viajes hacia Roma durante la segunda mitad del siglo XIX. Ramón Solans sostiene que las peregrinaciones, visitas e instancias de formación de los eclesiásticos latinoamericanos en Roma tendrán efectos profundos en el catolicismo de ultramar, contribuyendo a la formación de una cultura ultramontana de carácter transnacional.

En el capítulo siete se estudia la particular relación entre el ultramontanismo y el republicanismo latinoamericano. El autor plantea que durante la década de1850-60, los posicionamientos de la jerarquía católica latinoamericana buscaron la independencia jurídica de la Iglesia y una unión o colaboración política con los gobiernos republicanos. A pesar del giro intransigente verificado sobre todo en Chile y Argentina durante las décadas de 1870 y 180, el autor retoma los estudios de Roberto Di Stefano, para explicar que a finales del siglo XIX se puede advertir en varios países latinoamericanos una mejoría de las relaciones entre Iglesia y Estado, debido esencialmente a la revalorización del papel de la religión como un factor de orden y un poderoso elemento identitario.

En el capítulo ocho, Ramon Solans estudia el “movimiento hacia Roma” del clero americano, para manifestar su adhesión y apoyo al pontífice, tras la conquista de Roma en 1870. Para el autor, a partir de este momento se multiplicaron las muestras de cariño a Pio IX en todo el mundo católico. Los prelados latinoamericanos tras su regreso del Concilio Vaticano I recibieron las impactantes noticias de la caída de Roma y fomentaron muestras de apoyo entre sus fieles.

En el capítulo nueve, se estudia el proyecto católico de hacer del papa el árbitro internacional de la paz y el rol que cumplieron en esta tarea los entramados relacionales tejidos por los prelados latinoamericanos desde mediados del siglo XIX. El autor sostiene que la intensa actividad diplomática se desarrolló en paralelo a una reivindicación en clave teológica, que rescataba una prerrogativa medieval de la figura del papa como árbitro internacional. Se plantea también, que la puesta en práctica de la mediación papal contó con un poderoso apoyo de la jerarquía episcopal latinoamericana que había interiorizado dichos discursos y que desde mediados del siglo XIX había tejido vínculos con sus pares de otros países.

En el capítulo diez se estudia al eclesiástico uruguayo Mariano Soler y sus esfuerzos realizados a favor del Colegio Pío Latinoamericano que le valieron el título de segundo fundador de dicha institución. Para Ramón Solans, el prelado uruguayo constituyó uno de los primeros y más acabados productos de la educación romana del clero latinoamericano, lo cual lo convirtió en una figura clave del catolicismo finisecular en el continente y al otro lado del atlántico. El autor también estudia el primer Concilio Plenario Latinoamericano para demostrar que el ultramontanismo no fue un mero movimiento de Roma al mundo, ya que la celebración de este Concilio muestra la iniciativa y el dinamismo del clero americano.

Desde mediados del siglo XIX, los contactos entre católicos españoles y latinoamericanos se fueron afianzando, lo que produjo una revalorización del catolicismo hispánico y su legado espiritual en las antiguas colonias. La recuperación de la herencia española por parte del catolicismo latinoamericano es el problema tratado en el penúltimo capítulo del libro.

El último capítulo del libro está dedicado a las conclusiones. Para el autor el principal resultado de su trabajo es demostrar que antes del Concilio Plenario Latinoamericano de 1899 el episcopado de la región, impulsó e intensificó los contactos con otros pares americanos y europeos, contribuyendo a la difusión del ultramontanismo y el sentimiento de unidad. La desvinculación del ultramontanismo americano respecto al legitimismo europeos, permitió que este fenómeno adquiera características particulares en ultramar, lo cual constituye otra de las principales conclusiones de este trabajo ya que el autor demuestra que el catolicismo latinoamericano no fue un mero receptor de las corrientes europeas, sino que más bien dialogó con ellas y contribuyó a darle formas.

El trabajo realizado por Ramón Solans logra explicar de manera exhaustiva el proceso de medio siglo que, mediante el desarrollo y consolidación de una cultura ultramontana de carácter transnacional, transformó la periferia católica americana en uno de los centros más dinámicos del catolicismo contemporáneo. La rigurosidad de la investigación esta sustentada por un amplio corpus documental y bibliográfico que el lector puede consultar en las ultimas paginas de la monografía.

Sin duda alguna, el libro constituye un aporte original al conocimiento de la Historia de la Iglesia Latinoamericana y está destinado a convertirse en una obra de referencia para todos aquellos investigadores interesados en el tema.


Pietro Giovanni Zampar

Universidad Nacional de Salta

giovannizampar@gmail.com