Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Presentación
La caridad de Cristo nos apremia (2 Cor 5:14)
“Él es realmente el lósofo y el pastor que
nos indica qué es y dónde está la vida” (Be-
nedicto XVI, Spe Salvi, n° 8)
1.- Abrimos las puertas: seguimos en camino
En 2012, la Orden de Predicadores de la Provincia Argentina
de San Agustín nos invitó a promover un nuevo espacio académi-
co y apostólico en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aqui-
no (UNSTA), con la creación de la Cátedra de Doctrina Social de la
Iglesia, transversal a todas las carreras que se imparten en las dis-
tintas facultades. Desde aquellos entusiastas comienzos, se fueron
incorporando a la tarea profesionales de diferentes disciplinas, que
enriquecieron y enriquecen el trabajo conjunto aportando diversas
miradas complementarias sobre las cuestiones sociales y sobre la
propia enseñanza social católica, que cada uno incorpora al diálogo
común.
Con iniciativas de variada naturaleza llevadas adelante en dife-
rentes espacios eclesiales y civiles (online y presencialmente), como
diplomaturas, cursos, conferencias, talleres y, especialmente, con
las Jornadas Sociales que van ya por su décima edición anual ininte-
rrumpida, el proyecto original fue madurando y desplegándose paso
a paso, sin prisa pero sin pausas, como el grano de mostaza (cf. Mt
13:31-32). El año pasado recogiendo esos esfuerzos, se constituyó
formalmente el Instituto Enrique Shaw para el estudio y la difusión
de la Doctrina Social de la Iglesia, que nos permite seguir creciendo
y que los sueños iniciales no sean sólo una semilla que promete, sino
2Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Ricardo von Büren
la realidad visible de un árbol con muchas ramas, hojas y frutos,
presentes en la actividad docente, en la investigación y en la exten-
sión o transferencia al medio. A ese árbol ahora le brota su órgano
ocial de expresión, la revista Filópolis en Cristo.
Estas primeras palabras de presentación resultan propicias
para señalar en algunos párrafos hacia dónde pretendemos dirigir-
nos y cuáles son los fundamentos sobre los que hemos de asentar
nuestros empeños. En esa línea, señalamos como marco conceptual
que nos anima, el sentido apostólico que cimenta la enseñanza so-
cial católica y que asumimos como propio:
La Doctrina Social de la Iglesia tiene de por sí el valor de un ins-
trumento de evangelización. En cuanto tal, anuncia a Dios y su
misterio de salvación en Cristo a todo hombre y por la misma
razón revela el hombre a sí mismo. Solamente bajo esta pers-
pectiva se ocupa de lo demás: de los derechos humanos de cada
uno y en particular del ‘proletariado’, la familia y la educación,
los deberes del Estado, el ordenamiento de la sociedad nacional
e internacional, la vida económica, la cultura, la guerra y la paz,
así como del respeto a la vida desde el momento de la concepción
hasta la muerte. (San Juan Pablo II, Centesimus Annus, nº 54)
A partir de esa claricación teológica y epistemológica, nutrida
en la prédica del Señor (Busquen primero el Reino de Dios y su justi-
cia, y todo lo demás se les dará por añadidura –Mt 6:33–), que abre
un amplio campo de materias y temáticas a abordar desde la pers-
pectiva social católica, se desprenden los dos pilares que sostienen
a Filópolis en Cristo: Jesús y su mensaje social, en el centro, como
núcleo irrigador principal, y la admirable continuidad doctrinal que
exhiben las diversas intervenciones del magisterio de la Iglesia, como
su expresión a lo largo del tiempo: “La Doctrina Social no proviene de
este Papa o de aquel otro, ni tampoco de ningún sabio: procede del
corazón del Evangelio. Viene de Jesús mismo. Jesús es la doctrina
social de Dios” (Francisco, Prólogo al DoCat, p. 12).
En primer lugar, Jesús, el Señor, porque “un apego personal a
Cristo, que llega hasta la entrega total, es la esencia del cristianis-
3
Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Presentación
mo, y no un listín de preceptos y observancias, como estatuyen los
fariseos… y los lósofos” (Castellani, 2019, p. 175. Cursivas en el ori-
ginal). Se trata de ayudar a los lectores a profundizar en el “inapre-
ciable conocimiento de Cristo Jesús” (Flp 3:8), alimento primordial
en la vida interior y misionera del creyente, puesto que “el modo de
actuar de Cristo, debe ser siempre el modelo de todas nuestras ac-
ciones” (Santo Tomás de Aquino, 2005, p. 223). Sin ese sustento “en
Cristo”, su espiritualidad estaría edicada sobre arena y su conducta
social sería sólo una infecunda pasividad inerte o bien un desborde
frenético de activismo estéril. Cuando se busca el Encuentro con la
persona misma de Jesús, Hijo de Dios e hijo del hombre, cada una
de las obras, de las palabras y de los gestos de Cristo son un manan-
tial inagotable para conocerlo y, también, para imitarlo en la vida
cotidiana que el cristiano debe desarrollar en medio de las más di-
versas realidades temporales, para re-ligarlas con Él: el fundamento
ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es
Jesucristo (1 Cor 3:11). Como expresa un Testigo de nuestro tiempo:
Jesús sale al encuentro de la miseria humana. Al salvarnos ha
hecho de su Evangelio y de su gracia, el principio renovador
del mundo y sobre todo del hombre, en todos los ámbitos de su
existencia: privado y público, cultural y social, político y econó-
mico: omnia instaurare in Christo. (van Thuân, 2001, p. 32)
Sólo así, cristocéntrico, enraizado en Cristo e irradiando a Cristo,
el apostolado social podrá ser fecundo, porque será cristóforo, esto
es, portará a Cristo consigo y lo anunciará entre los hombres: “Cristo
es el centro de toda la vida cristiana. El vínculo con Él ocupa el pri-
mer lugar entre todos los demás vínculos, familiares o sociales –cf.
Lc 14:26; Mc 10:28-31–” (Catecismo de la Iglesia Católica, n° 1618).
En segundo lugar, queremos basarnos en una de las más señala-
das propiedades del magisterio social católico: su admirable conti-
nuidad en los ejes axiológicos principales, observable a través de los
ponticados de los diferentes papas. Lo que va a permitirnos evocar
y asumir los aportes doctrinales y pastorales de cada uno de ellos y
de las diversas instancias que abrevan en su enseñanza:
4Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Ricardo von Büren
Algunas subdivisiones abstractas de la Doctrina Social de la
Iglesia, que aplican a las enseñanzas sociales ponticias cate-
gorías extrañas a ella, no contribuyen a claricarla. No hay dos
tipos de doctrina social, una preconciliar y otra postconciliar,
diferentes entre sí, sino una única enseñanza, coherente y al
mismo tiempo siempre nueva –SRS 3–. Es justo señalar las pe-
culiaridades de una u otra Encíclica, de la enseñanza de uno u
otro Pontíce, pero sin perder nunca de vista la coherencia de
todo el corpus doctrinal en su conjunto –SRS 1–. Coherencia
no signica un sistema cerrado, sino más bien la delidad diná-
mica a una luz recibida. La doctrina social de la Iglesia ilumina
con una luz que no cambia los problemas siempre nuevos que
van surgiendo –SRS 3–. Eso salvaguarda tanto el carácter per-
manente como histórico de este “patrimonio” doctrinal –LE 3–
que, con sus características especícas, forma parte de la Tradi-
ción siempre viva de la Iglesia –CA 3–. (Benedicto XVI, Caritas
in Veritate, n° 12)
2.- El nombre: Filópolis en Cristo
Filópolis en Cristo es el nombre de la revista. Con él ponemos
en evidencia el vínculo fructífero entre fe y razón. Precisamente la
portada incorpora en su diseño una pintura que expresa artística-
mente esa relación. El Santo Padre aludió a ella y a su simbología
en su visita a los europarlamentarios, con palabras que bien pueden
aplicarse en nuestras tierras, y que nos han servido de fuente de
inspiración:
Permítanme recurrir a una imagen. Uno de los más célebres
frescos de Rafael que se encuentra en el Vaticano representa
la Escuela de Atenas. En el centro están Platón y Aristóteles. El
primero con el dedo apunta hacia lo alto, hacia el mundo de las
ideas, podríamos decir hacia el cielo; el segundo tiende la mano
hacia delante, hacia el observador, hacia la tierra, la realidad
concreta. Me parece una imagen que describe bien a Europa en
su historia, hecha de un permanente encuentro entre el cielo y
5
Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Presentación
la tierra, donde el cielo indica la apertura a lo trascendente, a
Dios, que ha caracterizado desde siempre al hombre europeo, y
la tierra representa su capacidad práctica y concreta de afrontar
las situaciones y los problemas. El futuro de Europa depende del
redescubrimiento del nexo vital e inseparable entre estos dos
elementos. Una Europa que no es capaz de abrirse a la dimen-
sión trascendente de la vida es una Europa que corre el riesgo
de perder lentamente la propia alma y también aquel “espíritu
humanista” que, sin embargo, ama y deende. (Francisco, Dis-
curso al Parlamento Europeo, Estrasburgo, 25 de noviembre
de 2014)
La losofía es una de las alas con las que el espíritu humano
puede ascender a la verdad (cf. San Juan Pablo II, Fides et Ratio,
Introducción), y ese plano estrictamente racional, incluso cuando
expresa al pensamiento clásico anterior al cristiano, es muy impor-
tante para la enseñanza social de la Iglesia. En esa dirección, re-
cordamos con San Juan Pablo II (2005), que “a la Política de Aris-
tóteles se remite de manera particular la Doctrina Social Católica,
que ha adquirido un notable relieve en los tiempos modernos por el
impacto de la cuestión obrera” (p. 58).
Decíamos que nuestra revista se llama Filópolis en Cristo. La lo-
cución “lópolis”, la tomamos de Platón que en su República se re-
ere con encomio a aquellos que “aman la ciudad” (Platón, 1946, pp.
221-346; cf. Jaeger, 1992, pp. 589-763). Son los que además de las
preocupaciones legítimas por sus asuntos privados, tienen la mira-
da puesta en los intereses materiales y espirituales de la pólis y del
conjunto de sus ciudadanos, a quienes procuran servir para que pue-
dan alcanzar la plenitud humana en sus dimensiones individuales y
sociales. El énfasis está puesto en lo público, en lo comunitario, en
una palabra, en la vida compartida en la ciudad, pues “el hombre no
vive sino que ‘con-vive’, es decir, participa de una vivencia y de una
nalidad común que da unidad al grupo social” (Sacheri, 1971, p. 14).
Esa solicitud generosa por la ciudad, es sublimada por el cris-
tiano quien la impregna de Evangelio: Filópolis en Cristo. Nuestro
amor a la ciudad, “lópolis”, se sostiene “en Cristo”, porque a la luz
6Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Ricardo von Büren
de la Fe vemos en cada uno de sus miembros, especialmente los más
pobres, a nuestros hermanos redimidos por Él y, en ella, a una de
las realidades temporales que han sido restauradas por el Señor y en
donde debemos ofrecer un testimonio cristiano.
Es necesario llegar allí donde se gestan los nuevos relatos y pa-
radigmas, alcanzar con la Palabra de Jesús los núcleos más pro-
fundos del alma de las ciudades (...) La proclamación del Evan-
gelio será una base para restaurar la dignidad humana en esos
contextos, porque Jesús quiere derramar en las ciudades vida
en abundancia –Jn, 10,10– (...) Vivir a fondo lo humano e in-
troducirse en el corazón de los desafíos como fermento testimo-
nial, en cualquier cultura, en cualquier ciudad, mejora al cristia-
no y fecunda la ciudad (e implica) la penetración de los valores
cristianos en el mundo social, político y económico. (Francisco,
Evangelii Gaudium, núms. 74, 75 y 103)
3.- El lema: “Ahora levántate y entra en la ciudad”
El lema de la revista está tomado de un pasaje de las Escrituras.
Aquel que relata la experiencia que vive el fariseo Saulo, que muni-
do de credenciales conferidas por el Sanhedrín, se dirige a Damas-
co con la intención de intensicar allí la persecución inmisericorde
que dirigía contra los cristianos. Arrojado al suelo de su cabalgadura
(derrumbado de su soberbia y orgullo), escucha una Voz que le dice:
“Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (Hch 9:5). Luego de ese Acon-
tecimiento, Saulo ya no es más un fariseo, y convertido al Evangelio,
se transforma en Pablo, el Apóstol, a quien Cristo le encomienda la
misión de evangelizar públicamente, diciéndole: “Ahora levántate
y entra en la ciudad” (Hch 9:6). Con estas Palabras, Jesús no sólo
se dirige a Pablo sino a cada uno de nosotros, y a todos nos dice lo
mismo: no en otro tiempo, más adelante, cuando tengamos ganas
o cuando consigamos un mejor trabajo o cambien las condiciones
climáticas o las circunstancias de nuestra vida. No. Es ahora cuan-
do tenemos que ponernos de pie: levántate, nos convoca Cristo. De
nuestra comodidad, de nuestro egoísmo, de nuestra indiferencia, de
7
Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Presentación
estar recostados displicentemente mientras el mundo sigue girando
sin nosotros, sin que dejemos una huella en él, sin que Cristo sea
anunciado y conocido.
Debemos levantarnos para consolidar una intensa vida espiri-
tual de identicación con el Señor, para llegar a ser “otros cristos”
y poder decir, como Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en
(Gal 2:20), y así, con ese arraigo en Jesús, nuestros esfuerzos
rebasen los pequeños y mezquinos límites autorreferenciales que
nosotros mismos hemos establecido confortablemente. Para llegar
con el aroma de Cristo (2 Cor 2:15) a todos los lugares, a todas las
instancias sociales en las que estamos insertos, a las que debemos
congurar con el Evangelio hasta lograr “instaurar en Cristo el or-
den temporal” (Concilio Vaticano II, Apostolicam Actuositatem, nº
7). Para poder transformar “en Cristo” las realidades sociales, debe-
mos como Pablo, “entrar en la ciudad”.
Si la música del Evangelio deja de sonar en nuestras casas, en
nuestras plazas, en los trabajos, en la política y en la economía,
habremos apagado la melodía que nos desaaba a luchar por la
dignidad de todo hombre y mujer. Otros beben de otras fuentes.
Para nosotros, ese manantial de dignidad humana y de fraterni-
dad está en el Evangelio de Jesucristo. (Francisco, Fratelli Tut-
ti, nº 277)
4.- Nuestro horizonte: Cristo en la ciudad de los hombres
Filópolis en Cristo quiere ser un espacio académico y evangeli-
zador reunido en torno de la dimensión social del Kerygma, como
Él mismo nos enseñó con su palabra y con su conducta: La gente
venía a verlo de todas las ciudades, y Jesús se puso a hablarles
(Lc 8:4). Jesús nos habla. Dispongámonos a oírlo con humildad:
“Volvamos a escuchar a Jesús, con todo el amor y el respeto que me-
rece el Maestro. Permitámosle que nos golpee con sus palabras, que
nos desafíe, que nos interpele a un cambio real de vida” (Francisco,
Gaudete et Exsultate, nº 66). Y porque no nos predicamos a noso-
tros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor (2 Cor 4:5), todos juntos
8Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Ricardo von Büren
escucharemos a Jesús y desde Filópolis en Cristo hablaremos de Él
y de la refracción social de su Mensaje, atendiendo con sentido ecle-
sial al magisterio de la Iglesia y a los autores en comunión con él.
Y lo haremos no de modo abstracto y desencarnado, sino te-
niendo presente el tiempo histórico en que estamos situados por la
Providencia, signado por el alejamiento de Dios y la desguración
del hombre, y al que tenemos la misión de cristianizar. Congar lo ha
planteado en buenos términos:
Estamos en un mundo mezclado, que no tiene certidumbre
religiosa y en consecuencia vive, sino en el ateísmo –los obje-
tores teóricos de Dios son poco numerosos– sí por lo menos en
el ateísmo práctico. Ese mundo es el nuestro y a él debemos
aportar el testimonio de la Fe y de la Caridad de Jesucristo.
A partir de ahí se nos plantea un problema bastante difícil:
cómo ser ciento por ciento católico sin declinar, no obstante, el
contacto con los hombres que no lo son, con esos hombres que
quizás sean totalmente ateos. (Congar, 1967, p. 403)
Es en ese mundo, nuestro mundo, indiferente e incluso hostil a
Cristo y a su Iglesia, que intenta construir una civilización inhuma-
na y de espaldas a Dios, en el que debemos anunciar con alegría el
Evangelio de Jesús:
La gran tarea de la hora presente es la animación espiritual del
orden temporal, la reintegración de todos los valores profanos
en una concepción total de la vida y del mundo según Cristo (...)
Sólo “en Cristo” los hombres y las cosas llegan a su plenitud,
adquieren su signicado y n últimos. De este modo se cum-
plirá el plan divino de reordenar todas las cosas en Cristo: “ins-
taurar todo en Cristo”. (Shaw, 2022, pp. 164 y 132)
No pretendemos editar una revista sólo para “iniciados” o que
sea leída por un grupo selecto de “elegidos”. Lo que buscamos es ha-
cer apostolado de la buena prensa y llegar con estas páginas a nues-
tros pares (docentes e investigadores) y a los alumnos de la comuni-
9
Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Presentación
dad universitaria y también a los responsables de movimientos, de
parroquias y de instituciones de la Iglesia, de asociaciones sociales
y políticas, pero sin descuidar, incluso, a todo cristiano “de a pie” y
a todo hombre de buena voluntad. Ello nos exigirá, sin perder de
vista el necesario rigor intelectual y desde una perspectiva interdis-
ciplinaria iluminada por la Fe (cf. Compendio de la Doctrina Social
de la Iglesia, nº 74), ofrecer un discurso que sea comprensible para
todos:
Si no hablan de manera inteligible, ¿cómo se comprenderá lo que
dicen? Estarían hablando en vano. No sé cuántos idiomas diver-
sos hay en el mundo, y cada uno tiene sus propias palabras. Pero
si ignoro el sentido de las palabras, seré como un extranjero para
el que me habla y él lo será para mí (1 Cor 14:9-11).
No estamos solos en esta cruzada apostólica que hoy empren-
demos. Nunca lo estuvimos ni lo estaremos, porque donde hay dos
o tres reunidos en mi Nombre, Yo estoy presente en medio de ellos
(Mt 18:20). Con nosotros está Cristo, por quien trabajamos, que nos
enseña, nos acompaña y nos precede en la predicación pública de la
Fe: Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pue-
blo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios
(Lc 8:1). Y con Él, nos asiste también el tesoro de la Doctrina Social
de la Iglesia, fundada sobre la ley natural y la Revelación (las Escri-
turas y la Tradición, interpretadas por el Magisterio), que queremos
estudiar y difundir a través de Filópolis en Cristo.
¡No tengáis miedo! ¡Abrid, más aún, abrid de par en par las
puertas a Cristo! ¡Abrid a su potestad salvadora las puertas de
los Estados, los sistemas económicos y políticos, los extensos
campos de la cultura, de la civilización y del desarrollo! ¡No
tengáis miedo! ¡Cristo sabe lo que hay dentro del hombre! ¡Sólo
él lo sabe! (San Juan Pablo II: Christideles Laici, nº 34)
Ponemos esta iniciativa en las maternales manos de la Virgen
María, Nuestra Señora del Rosario, para que sea un eco del mandato
10 Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Ricardo von Büren
dominicano de contemplar y testimoniar la Verdad, que es Cristo:
laudare, benedicere, praedicare.
Yo voy a realizar algo nuevo. Ya está brotando.
¿No lo notan? (Is 43:19)
Ricardo von Büren
Director Revista Filópolis en Cristo
Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino
ricardo.vonburen@unsta.edu.ar
ORCID: 0009-0006-6548-997X
Referencias
Benedicto XVI. (2007). Encíclica Spe Salvi.
https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/
documents/hf_ben-xvi_enc_20071130_spe-salvi.html
Benedicto XVI. (2009). Encíclica Caritas in Veritate.
https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/do-
cuments/hf_ben-xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate.html
Castellani, L. (2019). Las Parábolas de Cristo. Vórtice-Jauja.
Concilio Vaticano II. (1965). Decreto Apostolicam Actuositatem.
https://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_
council/documents/vat-ii_decree_19651118_apostolicam-ac-
tuositatem_sp.html
Congar, Y. (1967). Los caminos del Dios vivo. Estela.
de Azcárate, P. (1946). Platón. La República. En: Obras Completas,
tomo III. Anaconda. (Original publicado ca. 390-370 a.C.)
El Libro del Pueblo de Dios (Versión de la Conferencia Episcopal
Argentina). (1990).
https://www.vatican.va/archive/ESL0506/_INDEX.HTM
Francisco. (2013). Exhortación apostólica Evangelii Gaudium.
https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhorta-
tions/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_
evangelii-gaudium.html
11
Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Presentación
Francisco. (24 de noviembre de 2014). Discurso al Parlamento Eu-
ropeo.
https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/
november/documents/papa-francesco_20141125_strasburgo-
parlamento-europeo.html
Francisco. (2018). Exhortación apostólica Gaudete et Exsultate.
https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhorta-
tions/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20180319_
gaudete-et-exsultate.html
Francisco. (2019). Prólogo al DoCat. Encuentro.
Francisco. (2020). Encíclica Fratelli Tutti.
https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/docu-
ments/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html
Iglesia Católica. (1992). Catecismo de la Iglesia Católica.
https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
Jaeger, W. (1992). Paideia. Los ideales de la cultura griega. Fondo
de Cultura Económica.
Ponticia Comisión Justicia y Paz. (2004). Compendio de la Doctri-
na Social de la Iglesia.
https://www.vatican.va/roman_curia/pontical_councils/
justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_com-
pendio-dott-soc_sp.html
Sacheri, C.A. (1971). Fray Mamerto Esquiú: su pensamiento social.
Verbo, 109, 9-18.
San Juan Pablo II. (1988). Exhortación apostólica Christideles Laici.
https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_exhor-
tations/documents/hf_jp-ii_exh_30121988_christideles-lai-
ci.html
San Juan Pablo II. (1991). Encíclica Centesimus Annus.
https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/
documents/hf_jp-ii_enc_01051991_centesimus-annus.html
San Juan Pablo II. (1998). Encíclica Fides et Ratio.
https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/
documents/hf_jp-ii_enc_14091998_des-et-ratio.html
San Juan Pablo II (2005). Memoria e Identidad. Conversaciones al
lo de dos milenios. Planeta.
12 Filópolis en Cristo. Nº 1 (2023), 1-12
Ricardo von Büren
Santo Tomás de Aquino (2005). Exposición de los Dos Preceptos de
la Caridad y de los Diez Mandamientos. En Catecismo Tomista
(pp. 185-284). Gladius-Vórtice.
Shaw, E. (2022). … Y dominad la tierra. El Álamo.
van Thuân (Cardenal), F.J. (2001). Testigos de Esperanza. Ejerci-
cios espirituales dados en el Vaticano en presencia de S.S. Juan
Pablo II. Ciudad Nueva.
Publicado bajo una Licencia Creative Commons
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional