4Cuaderno de Ciencias Humanas 5 (diciembre 2024) 1-12
ISSNL 3008-9530
Diana Alcalá Mendizábal
diferencias desfavorables para la mujer y la subordinan en su relación con
el hombre. (Morales Hernández, 2020, p. 24)
En los siglos pasados la mujer no tuvo ningún derecho, ni era considerada
como ciudadana, era total propiedad del hombre; afortunadamente esto ha
venido cambiando, ya que tratarla mal es totalmente discriminatorio, la mu-
jer es un ser humano que merece consideración moral y respeto. De hecho,
las leyes están cambiando a su favor para evitar las injusticias, los maltratos y
lo absolutamente excesivo: el feminicidio.
Fue hasta el siglo XIX, después de la segunda guerra mundial que las mu-
jeres lucharon por sus derechos, salió del encierro para poco a poco ir for-
jando una vida productiva, creativa, llena de valor, libertad y justicia social.
Decidiendo completamente su vida y su destino, dedicarse al hogar o no,
apelando a su gusto y convicción. Sin embargo, estos logros no se han dado
de manera completa y total en todos los países y en todas las comunidades.
En el caso de México, en los estados de la República aún hay estereotipos,
prejuicios y maneras de ser y actuar que coartan la libertad de las mujeres. Y
desafortunadamente se llega al punto de concebirla como un objeto que se
puede usar, manipular, desechar y matar. Es una desgracia, ya que estos pre-
juicios e ideologías no tienen un sustento ético, simple y sencillamente no se
ve al “otro” como un ser humano que siente, piensa y es sensible. Se le juzga,
condena, violenta y anula sin ningún remordimiento.
Esas maneras bruscas y abusivas de ser con las mujeres son heredadas, bá-
sicamente son enseñadas de generación en generación, provocando machis-
mo y algunas veces misoginia. Y desafortunadamente no se dan cuenta del
daño que ocasionan y lo que provocan: la muerte. A veces las mismas muje-
res sin darse cuenta, son las que le transmiten y enseñan esa manera excesiva
de ser a sus hijos, cayendo ellas mismas en lo que no soportan. Es un círculo
vicioso que difícilmente se termina. A menos que alguien caiga en cuenta del
error que está cometiendo. Me parece que la manera de alcanzar a percibir
cómo está actuando uno, si está cayendo en estos prejuicios y estereotipos es
a través de la educación ética.
Los terribles casos de feminicidio que se han dado en México han ocasio-
nado un profundo dolor en las familias mexicanas, sin embargo, han provo-
cado reexión, inconformidad y exigencia a las autoridades gubernamenta-
les, para que promuevan leyes que castiguen fuertemente a los hombres que